20 marzo, 2012

Calamares gigantes


Los calamares gigantes son consideradas criaturas míticas, ya que las historias sobre calamares gigantes son comunes entre marineros desde tiempos remotos. La existencia de estas historias se remontan a la leyenda del Kraken, producida por el avistamiento de calamares gigantes en las costas de escandinavas. Según se contaba, el Kraken era un ser descomunal y despiadado que emergía de las profundidades del océano para destrozar los barcos y devorar a los marineros.

Estas leyendas influyeron en Julio Verne quien introdujo al Kraken en sus Veinte mil leguas de viajes submarinos. El carácter esquivo del calamar gigante y su apariencia aterradora son imágenes que se han establecido firmemente en la mente humana, por lo que este ser ha sido introducido en la literatura y en el cine en numerosas ocasiones.


Son animales marinos de inmersión profunda, que viven en mar abierto y cuyo comportamiento es muy complejo, lo que impide su estudio. Alcanzan dimensiones extraordinarias, recientes estimaciones sugieren un máximo de 10 m para macho y 14 m para las hembras. El tamaño de un calamar común ronda los 60 cm.


La edad de un espécimen puede determinarse por medio de los "anillos de crecimiento" análogos a los anillos del tronco de un árbol. La tasa de crecimiento de un calamar gigante es increíblemente rápida: entre 3 y 5 cm/día.

A pesar de su enorme tamaño, el calamar gigante no es particularmente pesado al compararlo con su principal depredador, el cachalote, debido a que su prominente longitud se debe principalmente a sus ocho brazos y sus dos tentáculos, que rodean la boca y el pico que poseen.
El manto es una gruesa cobertura muscular que protege los órganos vitales e impulsa el agua que expele por el sifón, dándole gran propulsión. Además sus dos aletas le permiten nadar y flotar.



Como bien sabido, el calamar se sirve de su tinta para huir de los depredadores o bien aturdir a sus presas. Esta tinta contiene melanina, un pigmento que sale de unas glándulas de tinta ubicadas entre las branquias de algunos cefalópodos.
Mudan alternativamente el color de su piel del rojo al blanco, efecto estroboscópico, dando la sensación de destellos. Es un sistema de comunicación y alerta aún desconocido.
Tampoco se conoce mucho acerca de su ciclo reproductivo. El macho tiene un espermatóforo prensil o tubo depósito que actúa como pene y se extiende desde dentro del manto, alcanzando hasta los 90 cm. Durante la cópula inyecta esperma dentro del deposito de la hembra, localizado en uno de los brazos.

Otra gran diferencia respecto a los calamares comunes, es que sus ventosas están provistas de hileras de dientes que lo ayuda a atacar y aferrar la presa de forma eficaz entre la succión y la perforación. El tamaño de las ventosas varía entre los 2 y 5 cm de diámetro, y es común encontrar cicatrices circulares cerca de la boca de los cachalotes.




A la búsqueda del calamar gigante
En septiembre de 2002 se realizó la expedición Proyecto Kraken en busca del calamar gigante en aguas del caladero de Carrandi, frente a las costas de Asturias, donde parece existir una población estable de calamares gigantes de las especies Architeuthis dux y Taningia Danae. Este legendario animal nunca había sido filmado en su hábitat natural y ese fue el objetivo de la expedición organizada por el CSIC, la productora Transglobe Films y científicos de Ecobiomar. Para intentar tomar imágenes de estas criaturas, se delimitó un triángulo equilátero de 500 metros cuadrados con cámaras en sus vértices que grababan a 300 y/o 800 m. de profundidad. Se vertieron hasta una tonelada de cebo orgánico (caballa, jurel fresco, harina de pescado, etc); también se usaron cebos electrónicos, queriendo imitar los impulsos de animales marinos y cebos luminosos y sonoros. Aunque se consiguieron visualizar innumerables clases de peces abisales, tiburones ciegos, y demás criaturas de fondos abismos, no se consiguieron las imágenes que se buscaban.

Fueron finalmente dos biólogos japoneses, Tsunemi Kubodera del National Science Museum de Tokyo y Kyoichi Mori de la Ogasawara Whale Watching Association los que consiguieron las primeras imágenes del calamar gigante obtenidas en el Pacífico norte, cerca del archipiélago de Ogasawara, a unos 900 metros de profundidad.

  Calamar gigante de la familia Architeuthis preso de uno de los 23 cebos que se colocaron.

Vídeos resumen de la expedición japonesa (parte 1 y 2):




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