22 marzo, 2012

Danzas cortejo: armas de seducción.

Uno de los hechos mas asombrosos que se pueden observar en la naturaleza es, lo que se denomina en biología, el cortejo nupcial o sexual que se produce cuando el macho busca aparearse con una hembra, y este hace todo lo posible para conseguirlo. En muchos casos, hay una disputa entre los machos que se fijan en la misma hembra. Al mismo tiempo, las hembras presentan épocas en celo, durante las cuales están disponibles y preparadas para copular. Ello lo transmiten mediante feromonas que desprenden principalmente por la orina.

La mayoría de los animales solo procrean en estaciones relativamente breves, por ello, la producción y la liberación de óvulos y espermatozoides debe estar sincronizada para que se produzca la fecundación de manera eficaz. Los machos y hembras están impulsados por cierta señal ambiental como un cambio en el fotoperiodo, un cambio en la temperatura del ambiente , precipitaciones pluviales estacionales o relaciones especificas de los ciclos de la mareas y de la luna.



El cortejo suele incluir rituales complejos, en los cuales uno o ambos participantes adoptan posturas con el objetivo de atraerse. En virtud de estos rituales, los participantes aprenden a reconocerse y a evaluar la conveniencia de aparearse con el otro. Cada especie sigue unas rigurosas pautas, movimientos y un lenguaje corporal de cortejo. El fin de estas danzas es convencer al adversario de la propia capacidad, del inmenso poderío atesorado que no necesita de nada ni de nadie, aunque en realidad se pretenda justamente lo contrario: la necesidad de la pareja para el fin último de la vida, la reproducción como única posibilidad de perpetuar la especie, algo inevitable. En el cien por cien de los casos, la exhibición de fuerza combinada con el desdén, funciona, y el cortejo culmina con la cópula.

En el mundo animal es mucho más frecuente encontrar que los machos cortejen a las hembras, y no al revés. Cuando se permite que las hembras elijan a sus compañeros sexuales, está comprobado que su descencencia presentará una tasa de supervivencia más alta que cuando se le obliga aparearse al azar


Algunos curiosos ejemplos:


La araña pavo real se denomina así ya que
su forma de cortejo recuerda a la de los clásicos pavos reales. Apenas alcanzan los 5mm de longitud, pero los machos poseen un opistosoma brillantemente coloreado con escamas rojas, verdes y azules y un par de solapas plegadas a ambos lados; que eleva para llamar la atención de las hembras.








Las aves del paraiso, son una familia de aves emparentadas con los cuervos pero a diferencia de su pariente oscuro, estas aves presentan formas y colores sorprendentes. Son sexualmente dimórficas, quiere decir que entre machos y hembras de la misma especie existen muchas diferencias, comúnmente, el macho es mucho más vistoso y posee plumas y colas adornadas que exponen a las hembras durante sus danzas de cortejo.


 
El jardinero, es un ave natural de Australia. Durante el cortejo, construye un colorido jardín denominado pérgola, por lo que también se les conoce como "pájaros pergoleros". Estos jardines atraen a las hembras, que eligen a su pretendiente por la complejidad de su construcción y estructura.


Para más información: http://elrincondelaliso.blogspot.com.es/2010/07/pajaros-pergoleros.html


El Albatros es un ave endémica de la isla de La Española en el archipiélago de Las Galápagos. Cada mes de Abril inician una nueva etapa de cortejo y búsqueda de pareja. Es muy característico las sesiones de "esgrima" con sus picos, los llamativos sonidos hechos por cada individuo y las danzas coordinadas que realiza cada pareja.





20 marzo, 2012

Calamares gigantes


Los calamares gigantes son consideradas criaturas míticas, ya que las historias sobre calamares gigantes son comunes entre marineros desde tiempos remotos. La existencia de estas historias se remontan a la leyenda del Kraken, producida por el avistamiento de calamares gigantes en las costas de escandinavas. Según se contaba, el Kraken era un ser descomunal y despiadado que emergía de las profundidades del océano para destrozar los barcos y devorar a los marineros.

Estas leyendas influyeron en Julio Verne quien introdujo al Kraken en sus Veinte mil leguas de viajes submarinos. El carácter esquivo del calamar gigante y su apariencia aterradora son imágenes que se han establecido firmemente en la mente humana, por lo que este ser ha sido introducido en la literatura y en el cine en numerosas ocasiones.


Son animales marinos de inmersión profunda, que viven en mar abierto y cuyo comportamiento es muy complejo, lo que impide su estudio. Alcanzan dimensiones extraordinarias, recientes estimaciones sugieren un máximo de 10 m para macho y 14 m para las hembras. El tamaño de un calamar común ronda los 60 cm.


La edad de un espécimen puede determinarse por medio de los "anillos de crecimiento" análogos a los anillos del tronco de un árbol. La tasa de crecimiento de un calamar gigante es increíblemente rápida: entre 3 y 5 cm/día.

A pesar de su enorme tamaño, el calamar gigante no es particularmente pesado al compararlo con su principal depredador, el cachalote, debido a que su prominente longitud se debe principalmente a sus ocho brazos y sus dos tentáculos, que rodean la boca y el pico que poseen.
El manto es una gruesa cobertura muscular que protege los órganos vitales e impulsa el agua que expele por el sifón, dándole gran propulsión. Además sus dos aletas le permiten nadar y flotar.



Como bien sabido, el calamar se sirve de su tinta para huir de los depredadores o bien aturdir a sus presas. Esta tinta contiene melanina, un pigmento que sale de unas glándulas de tinta ubicadas entre las branquias de algunos cefalópodos.
Mudan alternativamente el color de su piel del rojo al blanco, efecto estroboscópico, dando la sensación de destellos. Es un sistema de comunicación y alerta aún desconocido.
Tampoco se conoce mucho acerca de su ciclo reproductivo. El macho tiene un espermatóforo prensil o tubo depósito que actúa como pene y se extiende desde dentro del manto, alcanzando hasta los 90 cm. Durante la cópula inyecta esperma dentro del deposito de la hembra, localizado en uno de los brazos.

Otra gran diferencia respecto a los calamares comunes, es que sus ventosas están provistas de hileras de dientes que lo ayuda a atacar y aferrar la presa de forma eficaz entre la succión y la perforación. El tamaño de las ventosas varía entre los 2 y 5 cm de diámetro, y es común encontrar cicatrices circulares cerca de la boca de los cachalotes.




A la búsqueda del calamar gigante
En septiembre de 2002 se realizó la expedición Proyecto Kraken en busca del calamar gigante en aguas del caladero de Carrandi, frente a las costas de Asturias, donde parece existir una población estable de calamares gigantes de las especies Architeuthis dux y Taningia Danae. Este legendario animal nunca había sido filmado en su hábitat natural y ese fue el objetivo de la expedición organizada por el CSIC, la productora Transglobe Films y científicos de Ecobiomar. Para intentar tomar imágenes de estas criaturas, se delimitó un triángulo equilátero de 500 metros cuadrados con cámaras en sus vértices que grababan a 300 y/o 800 m. de profundidad. Se vertieron hasta una tonelada de cebo orgánico (caballa, jurel fresco, harina de pescado, etc); también se usaron cebos electrónicos, queriendo imitar los impulsos de animales marinos y cebos luminosos y sonoros. Aunque se consiguieron visualizar innumerables clases de peces abisales, tiburones ciegos, y demás criaturas de fondos abismos, no se consiguieron las imágenes que se buscaban.

Fueron finalmente dos biólogos japoneses, Tsunemi Kubodera del National Science Museum de Tokyo y Kyoichi Mori de la Ogasawara Whale Watching Association los que consiguieron las primeras imágenes del calamar gigante obtenidas en el Pacífico norte, cerca del archipiélago de Ogasawara, a unos 900 metros de profundidad.

  Calamar gigante de la familia Architeuthis preso de uno de los 23 cebos que se colocaron.

Vídeos resumen de la expedición japonesa (parte 1 y 2):




08 marzo, 2012

Narvales: unicornios del mar


Cuentan antiguas leyendas que los unicornios, viéndose terriblemente perseguidos por los humanos y viendo su existencia en peligro, rogaron a los Dioses que les concedieran una nueva morada donde poder vivir en paz, alejados de esos seres que acababan con ellos en pretensión de adquirir sus mágicos poderes. Los Dioses, apiadándose de ellos, les concedieron sus deseos y les ofrecieron los océanos como morada. Profundidades donde los humanos serían incapaces de encontrarlos. Transformaron sus cuerpos para adaptarlos a las aguas, les ofrecieron la majestuosidad de las ballenas y la inteligencia de los delfines y conservaron sus cuernos, donde residía todo el poder y la magia de estos seres mitológicos.


Los narvales pertenecen a la familia de los Monodóntidos (junto a la beluga), dentro del suborden de los Odontocetos (cetáceos con dientes), que a su vez se incluye en el orden de los Cetáceos.

Viven en el Ártico, casi siempre cerca de los bloques de hielo flotantes. Suelen vivir en grupos pequeños, con un número de individuos que oscila entre dos y doce, pero se forman concentraciones más grandes cuando migran. Durante la migración, existe una separación según el sexo y la edad; los grupos de machos se diferencian muy bien porque todos los miembros de edad similar tienen una longitud de cuerno parecida. Los narvales se alimentan en aguas profundas de calamares, pulpos, peces y crustáceos.



Poseen un abultamiento de la frente y carecen de aleta dorsal. Sus cuerpos son robustos pero de pequeño tamaño: un macho adulto puede medir hasta 5,5 m de longitud y las hembras son algo más pequeñas. Los narvales sólo tienen dos dientes, los incisivos de la mandíbula superior.  El colmillo derecho está muy reducido y casi no se ve, pero el izquierdo crece hasta formar una especie de cuerno recto, espiralado, que puede alcanzar una longitud de 3 m, siendo la característica más notable de los narvales machos.

En un principio se suponían que el cuerno era utilizado para perforar los bloques de hielo del mar Ártico. Posteriormente se observó que el cuerno es primamente utilizado para indicar dominancia: es más probable que machos con cuernos más largos atrajeran a las hembras. Esta hipótesis fue sugerida por la lucha entre los narvales cuando dos machos chocan sus cuernos.




Estudios mucho más recientes han descubierto que el diente del narval tiene las capacidades de un sensor hidrodinámico. Diez millones de diminutas conexiones nerviosas van desde el nervio central del colmillo del narval a su superficie exterior. Aunque el colmillo aparenta rigidez, es como una membrana sumamente sensible, capaz de detectar cambios en la temperatura, presión, y los gradientes de partículas en el agua del entorno. Debido a que los narvales pueden descubrir dichos gradientes, son capaces de discernir el grado de salinidad del agua, lo que podría ayudarles a sobrevivir en el congelado entorno ártico. También, les permite distinguir partículas en el agua que son características de los organismos de su dieta. Como este colmillo y su utilizad aún no se ha encontrado ningún caso similar en la naturaleza.
 

Sin embargo, esta maravillosa especie sufre una gran amenaza por los cazadores furtivos de la zona ártica (como los inuit). Se aprovecha la piel, la carne, la grasa y, sobre todo, los cuernos (son de marfil). Éstos se utilizan como adorno, para esculpir figuras y con menos frecuencia, como medicamento, pues se les atribuyen ciertas propiedades medicinales. Aunque el narval no está considerado como una especie en peligro de extinción, sus poblaciones pueden disminuir tanto por la caza como por la sobreexplotación de las especies de las que este animal se alimenta.